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Entrenamiento funcional de fuerza

Entrenamiento funcional es un concepto que ha recibido mucha atención en los últimos años. Éste y el core, aunque guardan relación, en ocasiones se confunden.

Por definición “el entrenamiento funcional” significa entrenar con un propósito. En otras palabras, debe tener un efecto positivo en la actividad o deporte que se practica.

El entrenamiento funcional adopta la multi-faceta y un acercamiento integrado para mejorar la fuerza y el acondicionamiento total de aquellos que lo utilizan.

El entrenamiento funcional debe integrar todos los aspectos del movimiento humano. Puesto que la vida, como el deporte, es un evento caótico e impredecible, nuestro entrenamiento debería reflejar hasta cierto punto esta realidad.

Como regla general, el entrenamiento funcional resta importancia a los movimientos mono-articulares en contraposición a las máquinas de carga guiada que encontramos en gimnasios, las cuales vienen a trabajar grupos musculares aislados y de forma estricta, limitando los rangos de movimiento tridimensionales.

Hoy en día, el movimiento global sobre el entrenamiento funcional tiende a enfatizar el entrenamiento con cintas TRX, tablas de equilibrio, mancuernas, kettlebells (pesas rusas), balones medicinales, pelotas de entrenamiento, elásticos, Bosu, sacos de arena y ejercicios con el peso corporal.

Superficies inestables y rendimiento

La cuestión y la controversia están en si debemos entrenar sobre superficies inestables o no, y si realmente mejoran el rendimiento deportivo. De entrada sólo comentar que si estos métodos ayudan a prevenir lesiones ya se puede considerar una mejora en el rendimiento.

Cuando introducimos en el entrenamiento una nueva variable, como por ejemplo, el disco de inestabilidad, ocurren dos cosas:

  1. No empleamos el tiempo necesario para aprender a utilizar y manejar esta nueva situación.
  2. Tendemos a distorsionar el movimiento original necesario y real para la competición por el mero hecho de querer utilizar un aparato no adecuado para ese propósito. 

Esos dos factores nos llevarán a un empeoramiento del entrenamiento.

Las superficies y el equipamiento inestables

El aumento de la fuerza también se puede ver reducido con el entrenamiento sobre superficies inestables. Si uno desea ser más fuerte debe cargar el músculo con la cantidad de resistencia suficiente para reclutar suficientes fibras musculares.

Cuando entrenamos la fuerza sobre superficies inestables, utilizamos menos carga, lo que nos lleva a reducir el trabajo de fuerza mecánico, la sobrecarga y el reclutamiento de fibras musculares necesario para adquirir los aumentos de fuerza deseados.

Además, las adaptaciones musculares son también específicas a la carga y la velocidad utilizada. Como el trabajo inestable normalmente requiere menos peso y velocidad, puede que con el entrenamiento inestable se aleje del movimiento objetivo en su competición real.

El entrenamiento del equilibrio y la estabilidad se ven a menudo abandonados pero siguen siendo elementos esenciales en el programa de entrenamiento de la mayoría de deportes. El arte se encuentra en reconocer cuando es necesario y apropiado aplicarlo.

No temas utilizar equipamiento de entrenamiento inestable como una opción adicional de tu caja de herramientas.

Finalmente, un entendimiento adecuado sobre cómo diseñar un programa de entrenamiento, la ciencia del ejercicio y las necesidades, condiciones y mentalidad del cliente/deportista tendrá el mayor efecto “funcional” en el rendimiento.

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